LA FISCALÍA RECLAMA NUEVE AÑOS DE PRISIÓN PARA DANI ALVES POR LA VIOLACIÓN DE LA DISCOTECA SUTTON

Crónicas del Este 23/11/2023 Policial

La Fiscalía de Barcelona ha solicitado una pena de nueve años de prisión para el exjugador del F.C. Barcelona, Dani Alves, por presunta agresión sexual con penetración, es decir, violación, ocurrida en la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022 en la discoteca Sutton, ubicada en el centro de la capital catalana. Además, la acusación pública busca una indemnización de 150.000 euros para la víctima, monto que ya ha sido consignado por el exfutbolista en el juzgado, y propone 10 años de libertad vigilada. La afectada, según el escrito, reclama esta compensación. La Audiencia de Barcelona ha respaldado en dos ocasiones la medida de prisión preventiva impuesta al astro brasileño por la jueza instructora el 20 de enero pasado. Tras la presentación de la fiscalía, la acusación particular, representada por la abogada Ester García en nombre de la víctima, tomará la palabra, seguida por la defensa del futbolista.
A lo largo de la instrucción, Alves ha ofrecido ante la justicia hasta cuatro versiones diferentes: inicialmente afirmó no conocer a la víctima, luego admitió haber coincidido con ella en el baño de la discoteca sin más explicaciones, y cuando la jueza confrontó sus declaraciones con pruebas biológicas, afirmó que la joven le practicó una felación de forma consentida. Posteriormente, al encontrarse restos de semen en las partes íntimas de la víctima, el futbolista declaró nuevamente por su propia voluntad, admitiendo haber mantenido relaciones sexuales consentidas y haber mentido para ocultar su infidelidad a su esposa.
Alves viajó a España tras la eliminación de Brasil de la Copa del Mundo en Qatar para descansar junto a su esposa, Joana Sanz, antes de unirse al Club Universidad Nacional de México, conocido como Pumas, donde militaba. Mientras su esposa cuidaba a su madre en una residencia en Canarias, el exfutbolista permaneció en la isla. El 30 de diciembre, voló a Barcelona y se reunió con su amigo Bruno para cenar. Después de encargar una mesa en un restaurante del Eixample, se dirigieron a la discoteca Sutton en la calle Tuset. Se ubicaron en una zona VIP que daba acceso a una suite sin cámaras, que contaba con un pequeño baño junto a la entrada. Durante unos minutos, Alves bailó con la víctima y dos amigas.
La jueza de instrucción sostiene en su auto de procesamiento que existen "indicios racionales suficientes" para "suponer" que Alves estuvo bailando con la víctima y que el exfutbolista, en dos ocasiones, le agarró la mano y se la puso en su pene, retirándola la chica ambas veces. Según esta resolución, desde la puerta que daba al pequeño lavabo, Alves llamó a la chica y luego tiró con fuerza de ella, a pesar de las objeciones de la víctima. A pesar de ello, según la jueza, Alves no hizo caso, le subió el vestido, la hizo sentarse sobre él, le agarró la parte posterior de la cabeza y la tiró al suelo, causándole una herida en la rodilla, intentando que le practicara una felación, aunque no lo logró. Esto enfureció al futbolista, quien, según el auto, le propinó "varias bofetadas" en la cara a la víctima, la puso de espaldas contra la pequeña pica, frotó su pene contra su cuerpo y, finalmente, la penetró "de manera violenta".